Algunas relaciones con los clientes crecen silenciosamente con el tiempo.
Ann es uno de esos clientes.
A lo largo de los años, nos ha visitado en China casi todos los años. Incluso con una agenda muy apretada, siempre se tomaba el tiempo para revisar muestras, discutir detalles e intercambiar ideas. Muchas direcciones de productos se moldearon a través de esas conversaciones cara a cara.
En una de nuestras charlas anteriores, mencionó que a su hija le encantan las manualidades. Más tarde, cuando preparamos muestras, hicimos un pequeño ramo de flores tejidas y pensamos que sería bonito que se lo llevara a casa; quizás a su hija le encantaría.
Este año, Ann no pudo visitarnos debido a su agenda apretada, lo cual entendemos perfectamente. Las flores tejidas se quedaron en nuestra oficina. Cuando le dijimos por correo electrónico que las guardaríamos hasta el año que viene, su cálida respuesta nos hizo sonreír.
Incluso sin una visita en persona, nuestra comunicación continúa. Ann sugirió programar una llamada por Teams para revisar nuevos diseños e ideas, proponiendo con anticipación fechas convenientes.
Después de años de trabajar juntos, está claro que lo que realmente importa no es sólo el negocio en sí, sino los pequeños detalles que se recuerdan.
Las flores tejidas todavía están aquí, esperando.
Esperamos entregárselos en persona el año que viene.


